“ por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús” Romanos 3:23,24
Después de que Dios hablo a nuestros corazones, el mismo tío nos invito a su casa el 31 de Diciembre de 1993 para cenar con ellos en el año nuevo y nos dijo “nosotros acostumbramos ir a la iglesia a dar gracias a Dios por todo lo que nos dio y nos guardo en el año, así que si quieren acompañarnos les esperamos a las 7:30 PM y si no a las 9:30 a cenar. Mi esposo me dijo “vamos con ellos a la iglesia, no vayan a decir que nada mas vamos a su casa por la comida”, esto me recuerda cuando Jesús les dijo a los que lo seguían “De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis” (Juan 6:26), según nosotros fuimos a la iglesia para que no pensaran mal, pero Dios que siempre tiene todo Bajo control, ya tenia un plan para nuestras vidas y ese día cuando entramos al templo pudimos sentir por primera vez la presencia de Dios en un lugar, fue muy impactante para nosotros no ver ninguna imagen, solo un letrero grande con cruz sola y la frase “A Dios sea la gloria”, comenzaron los cantos y todos nos los supimos, ya que estuvimos asistiendo a una iglesia catolica carismática que nos los habían enseñado y yo se que no fue casualidad porque Dios cuida y prepara los pequeños detalles Para recibirnos en sus brazos.
Ese día me sentí como en mi casa, todo lo vi natural, como si Dios nos hubiera preparado ese día para entrar en su reposo, teníamos 2 semanas de no asistir a ninguna iglesia por eso de las imágenes, así que Dios ya nos tenia un lugar “Templo El Salvador, A.D.” en Monterrey, N.L. México, del que Pastor desde que fuimos por primera vez y a la fecha sigue siendo el mismo Pbro. Isai Montoya Carvajal, que Dios siga bendiciéndolo a El y a su familia, tambien a mi tio Guadalupe Perales y su familia que Dios los siga usando para la Gloria de su nombre.
Después de ese día seguimos asistiendo a la iglesia y en el segundo domingo de enero de 1994, yo no pude asistir porque mi hijo se enfermo (3 meses de nacido) y mi esposo fue solo, en el tercer domingo de enero yo fui sola porque mi esposo estuvo esperando una persona que realizaría unos arreglos en la casa, así que invite a mi hermana Lili, quien en ese tiempo todavía estaba soltera y recuerdo que me dijo “voy a ir contigo para que no vayas sola, pero de antemano te digo que esos cristianitos no me caen bien”.
Así que nos fuimos a la iglesia y ese día después del sermón el Pastor hizo el llamado al arrepentimiento, era necesario que si nosotras reconocíamos que habíamos pecado contra Dios y queríamos su perdón pasáramos al altar, porque ese era un testimonio publico de que estábamos arrepentidos, en mi mente había una lucha de pensamientos, quería correr al altar y decirle “JESÚS TE AMO, PERDONAME PORQUE HE PECADO CONTRA DIOS, ACEPTO TU SACRIFICIO EN LA CRUZ Y RECONOZCO QUE SOLO TU ME PUEDES LIMPIAR DE MIS MALDADES”, estaba llorando porque decía “como es posible que yo sea tan pecadora y no me haya dado cuenta” “como pude hacerle esto a Jesús, es como si yo misma estuviera en el momento de su crucifixión y le estuviera aventando piedras y diciendo “crucifíquenle, Crucifíquenle”, vino una convicción a mi vida de pecado tremenda, siempre me había comparado con las personas y decía “yo soy mejor que ellas” o “yo me porto mejor que aquellas”, pero Dios no quiere que nos comparemos con el hombre que es igual de pecador que nosotras, sino con Jesucristo “el cordero sin mancha” “el que no conoció pecado y se hizo pecado por nosotros”, y por otro lado me vino un pensamiento de ¿como vas a pasar y tu esposo? Y pensé, si es cierto no puedo pasar sola, pero como Dios siempre sabe lo que estamos pensando, él hizo que en ese momento el Pastor dijera “recuerden esto es algo personal, no espere a que su esposo se arrepienta, es un encuentro entre usted y Jesús solamente”, después que el pastor dijo esto corrí al altar y conmigo mi hermana, y ese día recibimos las dos a Jesús como nuestro Salvador, pudimos experimentar el amor, la misericordia y el perdón en nuestras vidas.
Saliendo de la iglesia mi tío se acerco a mi y me dijo “estoy muy contento de que hayas recibido a Jesús en tu corazón, porque la semana pasada Javier (mi esposo) paso al altar para aceptar el perdón de sus pecados y yo dije ¿en serio? Y me dijo si! Gloria a Dios.
Mujer con Visión y Poder, el ser humano tiende a compararse con otros para ver que tan bueno es, pero la biblia dice “no hay justo ni aun uno” (ROM. 3:10) , pero también dice “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aun pecadores, Cristo murió por nosotros” y “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levanto de los muertos, serás salvo” Romanos 5:8 y 10:9
Alejandrina Lopez